miércoles, 16 de febrero de 2011

JAMES JOYCE Y LAS MUJERES

¿Qué especiales afinidades le parecía haber entre la luna y la mujer?


Su antigüedad en preceder y sobrevivir a sucesivas generaciones telúricas: su
predominio nocturno; su dependencia satélica: su reflexión luminar: su
constancia bajo todas las fases, elevándose y poniéndose a las horas fijadas,
creciendo y menguando: la forzosa invariabilidad de su aspecto: su respuesta
indeterminada la interrogación inafirmativa: su poder sobre las aguas
afluyentes y refluyentes: su capacidad de enamorar, de mortificar, de revestir
de belleza, de enloquecer, de incitar y ayudar a la delincuencia: la tranquila
inescrutabilidad de su rostro: la terribilidad de su proximidad aislada
dominante implacable resplandeciente: sus presagios de tempestad y de calma: el
estímulo de su luz, su movimiento y su presencia: la admonición de sus
cráteres, sus áridos mares, su silencio: su esplendor, cuando visible: su
atracción, cuando invisible”.




(Cap. 4, 2° Parte, Ulises



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